Las humedades en cubiertas son más frecuentes de lo que creemos. Generan problemas de humedad, patologías estructurales e insalubridad en los edificios. En el artículo explicamos las causas más frecuentes y soluciones para cada una de ellas, fruto de nuestra experiencia en mantenimiento de industrias, centros comerciales e inmuebles.
La aparición de humedades en cubiertas se produce principalmente por dos fenómenos muy comunes: La filtración de aguas o la condensación de vapor de agua.
Por eso, es recomendable que de forma periódica se realicen revisiones técnicas para asegurarnos del correcto estado de una cubierta. No obstante, esto a veces no ocurre y cuando nos damos cuenta observamos problemas que, con un mantenimiento preventivo, podrían haberse solucionado con muy pequeños costes.
Por si no cuentas con un profesional técnico que revise de forma periódica tu inmueble, te aportamos en este artículo algunas claves para que tú mismo/a puedas determinar si tienes alguna de estas causas que vamos a detallar y, si es así, puedas tomar las medidas correctoras necesarias antes de que el problema vaya a más.
Causas de humedades en cubiertas
Las principales causas de las humedades en cubiertas por filtraciones son:
- Roturas de canalones y canalizaciones de evacuación de aguas de lluvia
- Rotura de baldosas, deterioro del rejunteo entre baldosas
- Deterioro o despegue en los bordes entre el suelo de la cubierta y la vertical de la fachada de la impermeabilización existente
- Mal estado del tejado
- Falta de impermeabilización de la cubierta
Humedades en cubiertas: Canelones y canalizaciones, límpialos a menudo
Las limpiezas anuales de canalones de evacuación de aguas de lluvia se recomiendan siempre. Sin embargo, no siempre se realizan con la asiduidad deseada, y qué importantes son. Hojas, piedras, papeles u otros restos de objetos pueden obstaculizar el camino del agua y provocar atascos. Por eso, la limpieza de sumideros de terrazas es tan importante.
Si tienes una instalación industrial, nuestra propuesta es que aproveches el parón vacacional para realizar una limpieza de canalizaciones para evacuación de aguas, antes de que lleguen las precipitaciones fuertes que suelen ser en el otoño.
Y de paso que haces esta limpieza y te aseguras de que no tienes charcos ni agua embalsada en ningún punto de tu cubierta, revisa también lo que vamos a contar a continuación.
Rotura de baldosas en terrazas y deterioro de juntas: Soluciona estas pequeñas cosas
El paso del tiempo, los cambios bruscos de temperaturas, algún golpe recibido… es normal que las baldosas exteriores se rompan y generen gritas por las que se filtra el agua. Lo mismo le ocurre al rejuntado entre baldosas; se va rompiendo y deteriorando, generando también espacios abiertos por las que se filtra el agua.
Parecen cosas pequeñas y lo son. Su solución es fácil y rápida. Pero si no lo subsanamos a tiempo, el agua filtrada constantemente puede provocar problemas graves.
Nuestra recomendación es que, como apuntábamos antes, una vez al año, al igual que limpias canalones, revises el estado de tus baldosas y juntas y, si es necesario, hagas pequeñas reparaciones de mantenimiento correctivo, evitándote problemas mayores.
Deterioro o despegue en algún punto de la impermeabilización existente, causa frecuente de las humedades
A veces, en los bordes entre el suelo de la cubierta y el pequeño muro de contención vertical de la fachada, los tratamientos de impermeabilización se desgastan o se rompen.
Lo de dice la normativa es que como mínimo deben impermeabilizarse estos espacios esquineros con un mínimo de 30 cm, lo que evita filtraciones en la unión entre el suelo de la cubierta y la pared. No obstante, en inmuebles o construcciones antiguas, esto no siempre es así y las capas de aislante son menores.
Estos problemas ya son más serios, ya que a simple vista no se ven; se suelen detectar por la mancha de agua que se va filtrando y que veremos en las paredes inferiores. Identificar el punto de la fuga no siempre es fácil.
Mal estado de tejados, filtraciones seguras
Si las tejas están mal colocadas o rotas, la filtración de agua de un tejado prácticamente es inmediata. Por eso, aconsejamos siempre que se realice un buen tratamiento impermeabilizante justo por debajo del tejado.
Hay que tener en cuenta, además, que el Código Técnico de la Edificación resalta la obligación de impermeabilizar por debajo de determinadas pendientes.
Falta de impermeabilización, problema grave
Hoy día existen materiales avanzados que ofrecen muy buenas garantías impermeabilizantes, pero en edificios antiguos hay que revisar, ya que antes no eran tan habitual la impermeabilización.
Por deterioro, también es conveniente cada cierto tiempo revisar la impermeabilización.
Impermeabilizar, además, es un tema que conviene hacerlo con operarios expertos, ya que una mala impermeabilización puede generarnos muchos problemas de humedades, difíciles de resolver después.
No olvidemos, además, que:
En forjados de hormigón (oxidación de mallazos) y en estructuras de madera (hongos) las humedades en cubiertas pueden tener consecuencias graves.
Humedades en cubiertas y aislamiento térmico
Si nuestra cubierta tiene aislamiento térmico y se ve afectada por una filtración de agua que genera humedades, es posible que la capacidad aislante se vea reducida y, consecuentemente, también la resistencia térmica. A veces, pueden generarse puentes térmicos.
También es interesante crear una cámara de aire ventilada en el lado exterior del aislante térmico.
Humedades en cubiertas por condensación de vapor de agua
La falta de ventilación es a veces el origen de otro tipo de humedades en cubiertas, las ocasionadas por la condensación de vapor de agua. En estos casos, no hay filtraciones de agua propiamente dichas.
Generalmente, este riesgo es mayor en cubiertas de poca pendiente (menos de 15 grados de pendiente). Se trata de cubiertas generalmente con poca ventilación.
Para evitar la condensación, ideal es generar lo que se conoce como “microventilaciones” entre los distintos elementos constructivos. Esta es una solución sencilla pero efectiva, que frena el rocío que se forma por la diferencia de temperaturas entre elementos externos e internos de la cubierta.
En definitiva, los tratamientos preventivos de cubiertas industriales, terrazas comunitarias y tejados permiten alargar la vida útil de estas zonas y evitar patologías constructivas por humedades.
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